Los estudios de mercado
¿Para qué sirve un estudio de mercado? ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Por qué gastar dinero? Todas esas preguntas se pueden responder muy sencillamente. Un buen estudio de mercado te va a ahorrar dinero y quebraderos de cabeza ¿Por qué? Muy sencillo, minimiza los riesgos.
Si una empresa, de cualquier tamaño va a realizar una acción: nuevo producto, servicio, abrir una tienda etc. un estudio de mercado puede facilitarle una información imprescindible para que las decisiones que se tomen sean correctas.
¿Clientes satisfechos?
Es más ¿Están mis clientes satisfechos? ¿Por qué le compran a mi competidor y no a mí? Un estudio de satisfacción responde a la primera y puede que también a la segunda, o un estudio de motivación. Saber porque un cliente nos escogió frente a la competencia nos indica lo que estamos haciendo bien, y porqué escogió a la competencia en vez de a nosotros, nos dice en qué debemos mejorar.
Así que, manos a la obra: estudiemos el mercado. Lo primero, ¿por dónde empezamos? Por identificar el problema, con el problema identificado podemos definir los objetivos de la investigación y con ello, determinar nuestras necesidades de información.
Pequeña inversión
Pero tranquilos, no todo es gastar dinero. Con un poco de nuestro tiempo, podemos encontrar excelente información que nos ayude en nuestra investigación, es lo que se denomina fuentes de información secundarias. Está presente en bases de datos, fuentes públicas (el INE es indispensable para obtener información realmente útil), y lo mejor, suele ser gratuito.
Bien, hemos obtenido información externamente, pero ¿y dentro de la empresa?. También existe información muy útil que podemos recabar de los diferentes departamentos: ventas, clientes, proveedores, ratios…
Es posible que incluso hayamos respondido a parte de nuestras necesidades de información. Pero ¿Y si necesitamos más información? Hay empresas especializadas en la obtención de información mediante la investigación comercial: encuestas, paneles, entrevistas en profundidad. La penetración y el avance de Internet en nuestro modo de vida diario nos facilita incluso la realización de un cuestionario Web, más sencillo y económico que los métodos de investigación tradicional. Eso sí, la información, aún hoy, estará sesgada. No todo el mundo accede a Internet. Debemos tener en cuenta eso ¿Cuál es nuestro público objetivo? ¿De quién queremos obtener información?
¿Y la información que quiero, necesito cuantificarla o puedo entrevistar a expertos o utilizar otra información cualitativa?
En definitiva, la información se torna en un elemento fundamental en la toma de decisiones, y podemos alcanzarla de diversas maneras.